sábado, 29 de diciembre de 2007
Números.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Reveses.
sábado, 17 de noviembre de 2007
Mi aburrido gato de nueve colas.
domingo, 4 de noviembre de 2007
Fragmentos, parte II
miércoles, 24 de octubre de 2007
Recomendado.
Debajo la cama tengo una caja de zapatos con fotos, anuarios, esquelas y pedazos de las cosas que he vivido. Pero de verdad, esos papeles no convencen a nadie. Las imágenes realmente comprometedoras, que decodifican mi esqueleto, viven sólo en mi mala memoria. Olvido todo lo importante. Y lo que recuerdo siempre es secreto, indecible. Como el día en que el tío-buena-onda tocaba a mi hermana frente a mí y yo no me moví ni reaccioné: escondí la cabeza en la cama del frente y me hice la dormida.
A este error de impresiones sensibles se le suman los flashes recopilados por otros. Retazos que -como collage o antología- arman el rompe-cabezas de mi mundo privado, dejando en duda si en realidad soy yo quién hizo tal o cual escándalo. Siempre tengo la duda de haber dicho algo o inventado otra. Como cuando mi abuela cuenta que -cuando esta floja era una mocosa- no almorzaba con mis compañeritos porque me quedaba llorando y alegando que “la comida tenía pelos”; que tampoco dejaba que ellos se me acercaran, ni tocaran; que me hacían dormir la siesta aislada de mi curso (en la oficina de la directora) porque “todo era muy hediondo”. Supuestamente yo no jugaba con greda, no usaba colafría sino el –en ese entonces- carísimo stickfix, ni me metía dentro de la arena del refalín. Yo sólo comía chocolate con papel y humillaba a Emilio -mi primer vecino y pretendiente- por tener el pelo y la piel oscura. Puntualmente, hacía que me diera su colación, que me empujara en el columpio, que me lustrara los “calpany” con su cotona y una serie de minucias más. Cuando me metía a la piscina lo hacía con el flotador “neumático” de Goodyear y las “alitas”. Mejor prevenir que curar decía el reclame de Bi-alcohol.
Sé que hice echar a más de doce nanas. Escondida detrás de la vitrola de mi abuela, me tomé diez yogurt de frutilla, no “se los había llevado la nana a su casa”. Yo llamaba al fono-horóscopo, no la nana-María. Yo robé un billete de diez mil pesos y enterré tres juegos de llaves en el patio, no la prole de nanas. Es más, ellas nunca me insultaron, pegaron, ni encerraron dentro del baño. Tampoco le habían sacado las cabezas a las barbies, obvio. Mi vida, entonces, giraba entorno a un carrusel de viejas suplantadoras de mamá, viejas que no se sorprendían de que, cuando jugaba con mis vecinos siempre resultara ganadora; y no precisamente por tener buena suerte. Está demás decir que el complejo-tajo-pirata de la cara de mi prima mayor se lo hice yo -con un tarro de Leche Nido; no “la casualidad”. “Pero te queda chori” le dije cuando la vi saliendo del hospital con 6 puntos transversales y muy –hoy por hoy- emo.
Cuando me bañaba en la ducha con mi papá siempre le miraba su cosa. Cuando mi mamá me reprendía por insolente, yo pensaba en su muerte y, antes de que ella perdiera a su tercer hijo, yo rezaba en las noches para que nunca naciera: no quería compartir la pieza ni el amor. En navidad levantaba el teléfono del segundo piso y me hacía pasar por el viejo pascuero con mi hermana. Siempre me gustó el primo de mi papá, por eso me subía en sus piernas y le lanzaba el gato-arañador a su novia. Cuando púber iba a los conciertos de un tío rastafari, ahí me lo tomaba y fumaba todo, no “eran los otros que me dejaban pasado el poleron”. Cuando mis papás se separaron yo sólo pensé en los regalos multiplicados para mis cumpleaños.
Me siento extrañamente feliz en las carnicerías, a pesar de que no aguanto las cirugías televisadas. Para hacer la primera comunión debí confesarme, y como no tenía nada que confesar, mentí sobre mis mentiras y el cura absolvió mis pecados. Los retiros espirituales de mi colegio sólo me sirvieron para llorar la muerte de mi perro, que aún está vivo. Me metí sucesivas veces con un profesor y su anillo de recién-casado. Mis mejores amigos siempre van cambiando, y no es debido a una diferencia de opinión o a una incompatibilidad de caracteres, sino pregúntenle al novio de la que fue mi yunta del colegio. Me alojé varias veces en la casa de una chica que me tocaba mientras dormía. El año nuevo del ‘98 un chascón metalero me desvirgó sin preguntar.
Odio las guaguas. Odio los gatos. Odio los pepinos. Nunca aprendí a hablar-en-serio sin llorar. Mi ‘primer chico’ nunca supo que inauguraba tendencia. Elijo los libros por las tapas. Aún leo mi horóscopo. Canto canciones en inglés que no entiendo. Cuando bebo más de tres vasos de “loquesea” inmediatamente me saco la cresta. Mi rubio no es natural, es russio. Tengo un lunar en el mentón del cual siempre emerge un pelo negro. En las noches me apellido onanista y siempre termino con la boca abierta. Mi mejor amiga aún es virgen. Nunca me han dicho “te amo”. Cuando mis papás estaban juntos contaba las veces en que sonaba el somiére: el promedio era de 50 veces por noche. Mi abuela habla mal de sus hermanas y las hermanas de mi abuela hablan mal de ella. El padre de mis primos perteneció a un grupo nazi y mi familia sólo quiere que (ya) no sea familia.
Soy feliz con unas manos masculinas limpias. Amo que me langueteen las orejas. Mis ex siempre me parecen posibilidad futura: nunca me terminan de gustar. Necesito oler al otro para saber que existe. La felicidad es abrazar al tipo con quien acabas de acabar. No aguanto las personas con aliento a viejo. Cuando amo me escapo y cuando me aman también. Me he enamorado una sola vez. Tres veces he fingido orgasmos. Adrede he dejado ropa en casas ajenas. No me sé mis números de teléfono. Tengo vocación de detective. Antes de dormir tengo que escuchar una canción cebolla; cuando no lo hago tengo pesadillas. Mis pesadillas siempre refieren a que alguien ha muerto y yo corro sin moverme. Mis sueños placenteros siempre son sexuales. Más de alguna vez me he arrepentido de no haberme tirado a ese compañero. Todo-todo hombre que sobrepasa los quince segundos frente a mi ya ha sido imaginado en pelotas.
Disfruto el rencor invertido en palabras. Soy toda consentimiento. Me quiebro con un cariño. No entiendo a las personas que se van sin despedida o aquellas que se inventan fantasmas para vivir. No sé cual es la diferencia entre imaginar y vivir, o recordar y creer. Tampoco sé guardar secretos ajenos. Por su parte, los propios, me cuestan esta mala memoria. Que, mintiendo, no lo es tanto.
miércoles, 17 de octubre de 2007
Lata.
Odio que siempre se me olviden las cosas, que se me olvide sacarle fotocopia a la hoja de respuesta del manual, el cual había fotocopiado en la U, odio que se me olvide preguntar algo que era importante, que se me pasen los detalles y que se me queden las llaves en la mesa, olvidadas. Odio que la gente sea tan pero tan impertinente y que no entienda -o no quiera entender- lo que uno le dice.
Mi desayuno consistió en un par de panes con mantequilla junto con jamón de algo (¿De pavo?). Pero al final todo lo bueno del desayuno y del único momento de distensión que poseía durante la mañana se fue al tacho de la basura porque me apuraron para salir y por eso olvidé hechar las famosas llaves, y los lentes además, por lo que me dolió un poco la cabeza y tengo esa típica pesadez mía que me obliga a tomarme el rostro con las dos manos, porque se me cae. Y dios sabe que una de las cosas que me descomponen es que justamente me apuren en MI momento de desayuno.
Me carga ser tan neurótico y tener mala memoria, porque gracias a eso no puedo aprenderme los criterios de suspensión del famoso test y tampoco se -porque se me olvida- desde cual ítem empezar dependiendo de la edad del evaluado. Esto de que se me olviden las cosas hace que por lo general mi humor decaiga hasta el inframundo y quiera correr frente a un vidrio y lanzarme sobre este para reventar en miles de pedazes sangrientos.
El otro día pensaba(mos) que ya estamos entrando en esa típica recta vital de todo estudiante de alguna carrera medianamente seria en que parte de la vida se te consume porque tienes que viajar hacia los colegios (que sólo por casualidad, queden en el extremo opuesto de la ciudad), o porque debes redactar el informe conciso con las palabras precisas y porque es una obligación imperiosa el tener que ir presentable, lo que se entiende algo ligeramente formal (casi con camisa y zapatos) , dejando de lado el libre albedrío de cada uno. Y lata, porque ahora uno se despierta con sueño y se acuesta cansado, la líbido no alcanza ni para sublimar en ponerse de pie o para poder terminar de leer el libro que tienes en el velador hace como un mes, a estas alturas ya lleno de polvo por la falta de cuidados domésticos, propio de estudiantes medios estresados que deben y quieren rendir porque estudiar en una universidad implica plata. Entonces, entre el bullicio de la micro que va a parar al miraflores, entre las respuestas de una niñita que sonríe mientras dibuja a una familia imaginada -y proyectada-, entre la clase de algún profe pink y sus trabajos grupales cero aporte -o nice pick, como prefieras-, te das cuenta de que tú vida y las cosas que a ti te importan se pierden entre lo que tú crees que te gusta. Y lata.
viernes, 5 de octubre de 2007
29.
Ayer me ofrecieron golpes.
Ayer entrevisté sólo a dos personas.
Hoy tengo un chichón en la canilla.
Hoy, cuando venía de vuelta a mi casa, vi en una camioneta que una tipa le hacía un mamón a un tipo, o sea, un "wena naty".
Hoy leí harto.
Mañana me harán un fashion emergency, para parecer más formal y ad-hoc a mi edad.
Mañana seguiré leyendo.
Creo que sí.
Soy enojón, soy melodramático, y me alegro tan rápido como me deprimo.
Pero trabajo en ello.
Creo que no.
Creo que nunca hice la cimarra, nunca fui popular en el colegio, liceo y tampoco espero serlo en la universidad, y a estas alturas tampoco me interesa. Tampoco fui el centro de atención, pero creo ser un buen amigo.
Creo que, recordando, lo más parecido a la cimarra fue haberme ido corriendo después de clases para ver los power rangers, pero eso claramente no es una cimarra.
Tampoco nunca me pegaron en la escuela, por suerte.
Tampoco alguien se sentó conmigo los primeros días de segundo medio -o tercero- y desde antes intuía que una buena amistad es difícil de encontrar y cultivar, a pesar de que entregues mucho de ti.
Hace unos días supe que lo que uno encontraba condenadamente interesante y divertido en una persona, se puede transformar en una apatía que refleja tanta superficialidad como la nata de la leche.
No entiendo -bueno, en realidad sí- como uno puede tener percepciones que cambian tan rápido.
Creo que también muchas veces me niego a cambiar, me niego mi propio progreso y eso es en parte por mis propios miedos, por las experiencias pasadas y porque también soy cómodo.
Pero a diferencia de muchos otros, puedo reconocer en mi que nunca, o casi nunca me doy por vencido, eso es algo y a la vez harto.
Aunque tenga cara de poto.
Pero yo tengo una sola cara.
Aunque no me favorezca mucho.
Pero nadie es perfecto.
Creo.
miércoles, 3 de octubre de 2007
28 (Del).
Del diario de una Anoréxica.
"Ya no quiero que este cuerpo FluCtÚe.
Quiero que lo que se ve en aquel espejo adelgace.
mientras la piel se me seca y los pechos se me hunden.
No quiero que mi abdomen voluminoso se haga patente a la vista.
Mientras boto la bandeja de la comida a una bolsa de plástico,
escondiendo su fétido olor en el armario.
Cuando se hace un agujero en mi estómago,
mientras me acuesto sin fuerzas en el respaldo,
rescatando lo poco que queda de este cuerpo
de esa gordura que me impacta,
que me araña,
que me desagrada,
que me mata,
que me desangra".
Del diario de un Agorafóbico.
"Todo comienza entre personas
que me desagrada que me toquen,
rozándome,
hablándome,
preguntándome,
apretujándome,
mientras comienzo a sudar como un cerdo inmundo,
que está pronto a su descuartizamiento.
Que está prohibido ver el show más allá de mis huesos,
que tiritan y transpiran,
se agitan y gritan
que piden por soledad
mientras alguien te pregunta por tu bienestar,
en medio del conglomerado,
de visitantes
que me alarman,
y que miran
y me observan,
como si algo hubiera dicho o hecho,
mientras
c
a
i
g
o
hacia el suelo."
Del diario de una Bulímica.
"Cabalgo desde el sillón de mi departamento,
hacia un mini-market perverso,
pagando sin sorpresa las ramitas, los queques y las papas fritas,
que se asoman desde el envase
hacia mi centro, mi abdomen vacío,
que propugna sin contemplaciones
lo inerte de la situación,
cuando todo se pierde,
cuando todo se muere,
mientras trago con esfuerzo
todo lo comprado con esmero,
como si con la rapidez
recobrara la lucidez,
de este instante que se va lejos,
mientras me dirijo al baño y cierro la puerta con pestillo,
y me tomo el pelo con un cole negro,
uso dos dedos y los meto adentro,
mientras miro el techo blanco y callado,
quien es testigo de que todo lo tragado ahora sea vomitado,
mientras escurre el ácido que corroe lentamente mis dientes,
mientras todo cae por el water, salpicándome,
con agua y restos varios,
mientras caigo a la baldosa,
que se acostumbra,
a que me bote en el suelo,
como un saco seco,
mientras espero,
poder entender todo esto,
y no abrir la ventana y escalarla,
y gritar a los cuatro vientos que estoy harta.
Mientras me enjuago y limpio todo esto,
como si fuera un crimen que cometí a la brevedad,
pero la verdad,
es que esto es sólo una enfermedad."
Del diario de un Depresivo.
"El mundo es inmenso,
pero yo me siento pequeño,
insignificante, grotesco
ojeroso y rabioso,
mientras los días transcurren
yo me muevo lento y en silencio,
y duermo entre lamentos
que al despertar son gemidos y a veces gritos
cuya pregunta es saber en dónde se escondió la paz
que servía mientras caminaba
y te tocaba
y me tocaba,
y quería
y me querían.
Sentirse abandonado y solo
sin lugar al que pertenecer
mirando el suelo
esperando que se apiade y me trague
para finalmente descansar y poder pensar
con calma
dónde se escondieron las risas y las esperanzas
las dichas y las proezas
mientras las añoranzas las reemplazaban,
junto con las quejas y las espaldas arqueadas,
y las noches en vela
que se ciernen interminables
mientras tratas de entender
qué hiciste para tener que palidecer y finalmente perecer,
secarte como si fueras una hoja seca
mientras el mundo se aleja
mientras la gente vive su vida
y tú vives la tuya
aunque te muestres indolente,
(y en el fondo ausente)."
jueves, 27 de septiembre de 2007
27.
domingo, 16 de septiembre de 2007
26.
He pasado casi todo el día en mi pieza, y no se si eso está bien o está mal, o es un acto completo de desadaptación social o es un caso para analizar en Psicopatología. Lo que pasa es que funciona para mi: veo algo de tele, leo otro poco y más tirado para la noche empiezo a teclear, bajo solamente a comer y a ir al baño. Mi padre dice que soy un ermitaño y yo lo miro con cara de gato mojado, porque siempre me lo refriega en la cara cada vez que puede. A lo mejor le hubiera gustado que hubiera sido futbolista y que me hubiera gustado andar persiguiendo una pelota, se que le hubiera gustado eso. También le carga que lance dardos contra las personas, y se que también le hubiera gustado que hubiera sido más amable con el prójimo, así como más sociable y más simpático, pero es lo que hay, solamente. Ya no fui muchas cosas que la gente quiere o quiso que sea, pero al diablo, todo el mundo se hace ideas sobre el resto de las personas y espera que actuemos como ellos lo esperan, pero eso es caer, y bajo. Este otro (mi padre) siempre dice que "la gente es como es", y siempre lo usa cuando tenemos esas conversaciones de padre e hijo cuando se me acaba la pila del pendrive. A estas alturas, ya hay pocas cosas que me sorprendan de la vida y de la gente, a lo mejor por eso no aspiro a relacionarme con el vulgo. Ahora me acuerdo de un par de amigas, y de como a través de una recreación verosímil se saludaban tan rosadamente un día que fui, y entre que me dio risa y me dieron ganas de pensar en como sería mi vida si fuera un cariñosito más, es decir, alguien convencional, sin ideas propias y típicamente como alguien de mi edad, porque en el fondo de mi existencia, creo que soy distinto al chico de veinte años promedio. Esto no quiere decir que sea distinto para bien, porque entre tantos defectos, me pesa no poder hablar y decir todo lo que creo, o entrar con la naturalidad de un universitario para entrar en una conversación de universitarios. Que decir de las fiestas, porque no tomo, no fumo y me lateo como una vaca mientras el resto puede sociabilizar súper hiper fantásticamente. No se cómo con algunas personas -las cercanas- puedo hacer monólogos, contorsiones y generar ideas que fácilmente saquen carcajadas. Con otras personas apenas puedo saludar. Que lata, y dale con la inhabilidad social, pero si no te gusta deja de leer y anda a la página de Disney world, porque los conflictos son reales con personas reales. Esto me salió como si fuera un reality show o alguna porquería similar, como MTV. En realidad no se para dónde se dirige esta cargada en mi blog, sólo me picaban los dedos como se que a mucha gente le pican sus dedos, porque hay una cantidad e-x-o-r-b-i-t-a-n-t-e de miles y miles de blogs around the world, y eso quiere decir sola una gran verdad: La gente del planeta tierra se siente sola. Porque no me vengan a mi a decir que es sólo un afán expresionista, o una nueva forma de sentir, y/o de hacer amigos y/o de generar una tormenta de ideas, muy en boga hoy en día, ni siquiera para ligar, porque para eso está el chat. Sólo es un afán para abrir las ventanas y dejar que conocidos y desconocidos tengan un chance de entrar en intimidades ajenas, y de conocer sin caretas (o rostros) las realidades que uno quiere mostrar trazando una línea entre lo privado y lo compartido, aunque a estas alturas esa línea sea tan, pero tan difusa.
jueves, 13 de septiembre de 2007
25.
La primera.
La segunda.
"Padre que nunca estuviste cuando te necesité y que nunca me apoyaste en nada, eres sólo un abejorro que se acuesta con las abejas reinas para luego engendrar proles de hijos no reconocidos, eres la cara visible de un mundo insensible y que exclama y ríe cada vez que la gente como yo intenta hacer algo más con su vida. Odio que alguna vez te quise, odio esas tardes de invierno que esperaba tu llegada mientras tú estabas acostado con alguna secretaria puta y barata con las que te sueles acostar, odio que siempre preguntara por ti mientras nosotros no te importábamos a ti, te odio hasta la última célula de tu existencia que arruinó a cada paso los intentos que yo hacía por tener y experimentar una vida más digna y llevadera en este infierno que llamamos mundo, pero ahí estabas tú para estropearlo todo y con tu macilenta y horrenda nariz penetrar en las cosas, en los asuntos y en las vidas que no te correspondían. Tu vida no era mucho, pero hacías esfuerzos sobrehumanos para hundir en el barro a quienes te rodeaban, eras como un virus que se extendía por vidas ajenas para finalmente acabarlas. Me das tanto asco, que espero que finalmente un bus te atropelle y te desintegre mientras te desparrama por el pavimento".
La tercera.
"Hermanos a quienes todo se les hizo más fácil y llevadero: Ojalá que en sus seguras y cómodas vidas puedan engendrar a algún ente que sepa llevar la maldita carga genética de esta familia que lo único que ha hecho es surgir a expensas del resto. Que sus hijos no paguen el precio por nuestra generación que presenció como nuestro apellido se hacía cada vez más imponente a punta de exprimir pulmones ajenos, vidas arrebatadas y sueldos míseros. Espero que alguna vez en ese globo que usan como cabeza puedan recordar a todas esas empleadas que nuestro padre violó y maltrató y luego echó para evitar malos entendidos. Espero que alguna vez se arrepientan de haber abrazado a ese hombre que tanto daño le hizo a nuestra familia, que vendió nuestras almas al diablo para tener un techo y portón eléctrico con cámara, porque detrás de ese cuadro en el que estamos todos inmutables ante el fotógrafo, siempre hubieron cosas que decir que se callaron y secretos compartidos por todos y comentados por nadie. ¿A dónde se fueron esas sogas que se instalaban en nuestros cuellos para que fijáramos la vista en otros lados no obvios mientras esto, -lo obvio- estaba ocurriendo frente a nuestros ojos?, ¿Habremos sido alguna vez inocentes si presenciamos esas cosas que ustedes y yo sabemos?¿Podremos alguna vez dormir en paz sin que las imágenes que vimos en ese campo nos persigan?, ustedes pueden descansar bajo el alero de sus trabajo de lujo, de sus secretarias de piernas largas y de sus laptops y tantos otros artilugios superfluos, pero tarde o temprano los fantasmas de aquellos a quienes pisoteamos volverán y nos llevarán a la hoguera por ser testigos mudos y aún más, de obtener lujos por ello. Así que, hermanos, ustedes también son igualmente despreciables, ojalá nunca más me vuelva a topar con sus existencias exitosamente vacías".
las migas.
"Gente. Personas que estuvieron cerca de mi y que a veces caminaron mis pasos. Personas que hicieron una fugaz aparición en mi vida cancerígena. A algunos de ustedes tengo que darles las gracias, porque intentaron evadirme de mi existencia cuando todo me recordaba a esa casa de campo que estaba atestada de muerte y mierda. Algunos de ustedes realmente se aprovecharon de mi dolor, pero se que eso ocurre en todas partes. A lo mejor mi apellido y quien se supone que soy les reportaba alguna regalía; pero conmigo se equivocaron, porque trato a cada segundo del día no ser como mi familia maldita en la cual no escogí nacer. Aquellos que tuvieron un genuino interés en mi, ya sea por curiosidad o por simpatía, supongo que pudimos haberlo pasado mejor. Lástima, pero este es mi fin, porque desde esta azotea ya no hay vuelta atrás".
Apoya su mano envuelta en saliva y sal. ya no queda nada más que comer, tiene el estómago algo lleno y sus pasos terminan en un vértice sobre el cual se pueden apreciar autos que vienen y que van, personas comiendo helado y gente con bolsas de compras. Por un segundo todo pareció haber cobrado la imagen de una foto, de una postal, digna para vender en alguna plaza mientras el vendedor toma fotos a niños sobre un pony falso. Abajo la gente era escasa, y así lo prefería, no quería arruinar más vidas de las que ya había arruinado. Su camisa flotaba por el aire frío que estaba a su alrededor, invitando saltar a quien estuviera ahí. Sus pupilas estaban agitadas y el aire entraba profunda y hondamente por su nariz. Ya no quería hacer más daño y no podía vivir en paz teniendo tantos secretos en su cuerpo, porque ya no quedaba espacio para ni uno más.
No.
Decidió no saltar, porque entendía que ya estaba muerto, y mientras se negaba a saltar, entre el espacio de sus pies desnudos y el aire que conducían a la nada, comenzaron a caer gotas provenientes de ojos que ya estaban cansados de ver y de recordar. No decir. Nunca nada, ese había sido el lema familiar y personal, que se tenía que ejercer al pie de la letra como la misa de los domingos. No decir, aunque se tuvieran retratos familiares perfectos y vidas personales lejos de serlo. No decir lo acusable, lo detestable y lo denunciable. Vivir con culpa y con pesadez en los hombros. Ese silencio tan sutil que nadie detectaba pesaba como millones de palabras sobre los hombros y gritaba como miles de animales enjaulados. Por eso había decido subir, dejar todo atrás excepto de un paquete de papas fritas y disfrutar de un momento continuo de plenitud que no había podido resucitar desde que nació.
Pero ahora se baja del pedestal y cree que no tiene nada. Que el mundo ha vaciado sus entrañas y ahora le pide la cuenta sin que tenga nada que ofrecer salvo culpas y recriminaciones. Menospreciando a su familia por todo el mal plantado en el mundo como semillas putrefactas, esperaba poder quitar esa misma semilla de su propia naturaleza, de su pecho como si fuera un tumor extraible para poder decir que era diferente a ellos, y desde ahí remar contra la corriente que ahora era un río indomable que invitaba a la autoeliminación. Sentía que no podía, pero en lo recóndito de su ser, se sabía alguien diferente, y eso ya era algo, muy poco, pero algo.
lunes, 10 de septiembre de 2007
24.
martes, 4 de septiembre de 2007
23.
domingo, 26 de agosto de 2007
22.
Ah, ahora opta por no hablarme y voltearme la cabeza, está bien, yo no estoy diciéndole que usted esté mal, simplemente el mundo cambió con sus cosas buenas y malas, y para la gente como usted, la actualidad es algo incomprensible, demasiado compleja para su estrecha mente de campesina que se casó a los quince años. Ahora no se puede criar gallinas para vivir y tampoco se puede ser panadero para poder sostener a toda una familia, al menos no para poder brindarle una buena educación. No me venga con que la situación política está pésima, usted siempre tan bífida como una serpiente, hasta casi se convenció con Pinocho y cuando la gorda ésta subió a la palestra usted me refregaba en la cara que ahora las mujeres se reivindicarían, que ahora si que si, que aquí y la quebrá del ají, y justo ayer ya reclamaba que la vieja de mierda y la concha su madre que tiene tanto liderazgo como Allende cuando nadie lo pescaba al pobre, a pesar de ser un pan de Dios, según usted. Incluso hoy le encontraba la razón al diario cuando se mofaban de ella, de la saco de harina, de que creaba comisiones para todo y para todos, inclusive para los que no tenían comisiones, no sea hipócrita señora, no se pase pal bando contrario cuando su bandera está perdiendo, ¿No ve que eso lo nota la gente?. Usted también vivió con opulencia durante algún punto de su vida, y perfectamente fue capaz de soportar que al lado de una casa lujosa estuviera un vagabundo pidiendo plata, usted y sus aires aristocráticos de antaño, con ese collar con pelotas blancas que siempre tomaba con la mano izquierda mientras se paseaba por la casa como la gran señora que pretendía ser, ¿Y ahora que le va quedando de eso?, no me venga con que su vida fue sufrida, porque todos en el mundo sufrimos y nos sentimos solos, no sea halaraca y vaya a hojear a su Corín Tellado que harto bien que le hace, como que la compensa por unas horas, mientras todos tratamos de seguir con nuestras vidas; le haría bien leer esa porquería que nada le enseña. ¿Pero qué gano tratando de hablar con usted?, si ya es un árbol viejo y chueco que ya no va a enderezarse, por mucho que le muestre sus errores; se que me escucha aunque haga ruido haciendo supuestamente aseo, porque en la mañana lo hizo y ahora no hay razón para agarrar las sillas del comedor como lo hace; se que me está escuchando y su reacción es la más infantil que he conocido a lo largo de mi vida. Mejor ponga a su Violeta Parra, que la calma, ya que no quiere leer ni escucharme tampoco, pero le advierto que en su radio ya están sonando esos otros Parras colgados que no tienen gracia ni para tirarse un peo, todos viven de la pobre que ya está chata de cumplir diecisiete, estos otros son unos patanes que no le trabajaron un día a nadie y que tienen gusto sólo para crear pura mierda, pero eso ya lo dije.
Señora, cálmese, pondré a calentar la tetera -porque todavía no tenemos hervidor eléctrico- y luego podrá observar como avanzan las nubes por la ventana, sin que le de frío.
viernes, 24 de agosto de 2007
Poema barato II (Ausencia)
Tú sabes dónde guardas tus manos.
Tú conoces los rincones de aquel cuerpo.
Tú escoges el lugar hacia dónde se dirigen tus ojos.
Tú sabes lo que se guarda entre el pecho, la carne y los huesos.
Tú conoces el lugar de mil batallas.
Tú sabes a dónde se dirigen mis pasos.
Tú visitaste el color de esas pupilas.
Tú eliges cerrar puertas que bien podrían estar abiertas.
Tú eliges la ausencia.
miércoles, 22 de agosto de 2007
Poema barato I
Gente que se cruza.
Gente que se pasa a llevar.
Ojos de la gente, ojos de serpiente.
Gente que mira.
Tu mirada en mi.
Evitando tu mirada.
Querer mirarte.
Querer que me mires.
Querer ya nada.
Querer sólo descansar.
Dejar que el agua caiga.
Dejar que el agua ruede.
Leer entre líneas.
(Perderme en la letra chica)
Quedar solo.
Evitando tu mirada.
Perderme(te) mirando(me).
domingo, 19 de agosto de 2007
El loco.
sábado, 18 de agosto de 2007
El memo.
Yo no miro a nadie, o miro el suelo mientras camino con las carnes trémulas.
Ok, voy a vomitar.
17
"He estado enfermo desde hace dos días aproximadamente. O desde hace aproximadamente dos días que ya no puedo controlar mi cuerpo. Se encoje para luego expeler mareas de mocos que siento danzar dentro mío. Es decir, estoy inmunodeprimido. Ayer repetí por más de dos horas una disertación de dos minutos, para esa profe a quien le tengo un miedo mortal. Finalmente, se me olvidó la mitad de lo que quería decir, aunque una fuente cercana muy confiable me asegura que dicha docente se excitaba a medida que recitaba los números de los artículos y de los años y de las leyes que sepulté bajo mi cerebro para que por fin saliera artificialmente natural. Sentía que los músculos de mis piernas se tendían a agarrotar, que mi voz se entrecortaba y que mis pensamientos se atropellaban unos sobre otros, ensañados sobre aquellas palabras automáticas que estaban esperando por su fallido debut. Aún así creo que convencí al proletariado.
Pensando ahora en aquellas cosas que siento internamente, pero que no se ven externamente, tengo algunos puntos importantes que no sé si podré aclarar algún día:
Primero: Hay muchas cosas que no soy y que me gustaría ser.
Segundo: Hay muchas cosas que soy y que odio de principio a fin.
Tercero: Hay pocas cosas de mí que me agradan.
Cuarto: He sembrado muchas tierras para no recoger nada.
Quinto: Siempre tengo cosas que opinar aunque no pueda decirlas."
Hoy, a algunos días de leer mis palabras, debo confesar que: Sigo igual.
jueves, 16 de agosto de 2007
Haciendo hora pesao pa´ laboral.
2. Un sentimiento: varios.
3. Una fruta: apple.
4. Un verbo: dormir.
5. Un mueble: la cama.
6. Una palabra: Ah!
7. Una bebida: Jugo.
8. Una estación: Primavera, ya no me gusta la lluvia.
9. Un mes: Agosto.
10. Un dia: Viernes.
11. Un número: 3.
12. Un paisaje: El de las pinturas.
13. Un elemento: Agua.
14. Una parte del cuerpo: Los ojos, los hombros, la curva de la espalda, el mentón.
15. Un coche: un Skooter.
16. Un olor: Incienso.
17. Una sensación: La calma.
18. Un país: Canadá, Australia, Madagascar.
19. Una canción: Alguna de Fiona.
20. Una flor: ehh... no recuerdo ni una.
21. Una locura: Hace tiempo que no hago una.
22: Un pensamiento: "Me decepcionaste".
jueves, 9 de agosto de 2007
15.
Puse mis primeros pasos en la calle y vi todas las posas nocturnas congeladas; ahí me dieron ganas de tomar fotos como enfermo, pero la hora apremiaba y además no me da sacar fotos cuando hay potenciales pululeos de personas a mi alrededor. Llegué a la Universidad y me dijeron que no había clases sino hasta las once de la mañana, pero estaba tan cansado como para rabiar al respecto y/o para deprimirme, así que esperé afuera, con un cubo de hielo dentro de mi nariz, mientras llegaba y llegaba gente. Después entré con mi amiga de los mil apodos y ahí conversamos y reímos mientras hacíamos hora para la clase de Clínica. Yo ya no me hago expectativas respecto a la vida universitaria, y en efecto, no me desilusioné ni me sorprendió ver una de las clases más aburridas que se han hecho en la historia de la humanidad. Otra entrevista a un psicólogo; hasta aquí, tengo dos posibilidades: O me cambio a periodismo y llego finalmente a SQP, o me salgo de la carrera y me quedo leyendo cartas en una pieza de dos por dos.
Tuvimos clase con la chica de piernas musculosas y nos contaron que estaba tan enojada que hasta chocó/se enredó con una puerta por estar tan emputecida por algo que no era nuestra culpa. Al fin supe que le caigo bien y que al parecer no me ve como un insecto insignificante que puede morir bajo un zapato o bajo el poder de Baigón, porque me sonrió afablemente.
Cuando la clase terminó ya no hacía tanto frío, y como muchas veces, nos fuimos riendo con mi amiga de los mil apodos hasta parecer mutantes sueltos en la calle. Es increíble cómo hasta el momento nos aguantamos si ambos tenemos un carácter fuerte (como la mierda) y no nos hemos destripado todavía. También es increíble que casi sólo con ella puedo ser más yo y hacer y decir lo que me plazca sin que me ataque la comitiva de la moral y las buenas costumbres. En fin, Me acostumbré a su compañía y a otras cosas que no son tan saludables.
Luego de eso, y de haber entrenado, me aguardaban sorpresivamente una hamburguesa gigantesca que comí hasta desfallecer por un ombligo que se me dió vuelta. Ahí volví a ver en las noticias lo atribulado del clima mundial, y que ahora, los shilenitos, también sufren por este tema, en especial los agricultores y los consumidores de vino.
Me reiría de no ser porque este es un tema serio que nos incumbe a todos, y como dice mi papá, estamos ad portas de otra guerra mundial (esto de tener complejo de oráculo es familiar), el objetivo del por qué iniciamos guerras y lanzamos bombas cambia - llámese pretóleo, posición geográfica y terrorismo- pronto nos descuartizaremos por "agua" dijo mi nunca bien ponderado progenitor, mientras me venía a dejar a una clases que según yo, juraba de guata que comenzaba a las dos y media, cuando en realidad comenzaba a las tres en punto. Este es el día jueves, y ésta cargada comenzó el día miércoles; en realidad el martes, porque doy cuenta de mi mala relación con Morfeo. Hoy es un día como tantos otros, estoy en el Doxer, con la aparición de cierta persona con sus aires de grandeza y con ese caminar tan grandilocuente que siempre lo caracteriza, aunque en realidad el tipo no valga mucho -y eso simplemente se nota-. Sí, llegué media hora antes de lo debido, y aprovecho de terminar este escrito que veo que no va para ningún lado, salvo notar que mi vida universitaria se remite en gran parte a la persona de los mil apodos, a hacer notar que pronto nos hundiremos porque los casquetes polares se derriten, o porque moriremos como cuando los niños queman hormigas o babosas con un espéculo; ahora a todos les importa el ambientalismo, porque ahora a todos les están sucediendo calamidades. También podemos morir de inanición porque las lechugas y las paltas no van a brotan por culpa de las nevasones, en fin, tenemos para escoger.
Querido Blog, Ahora ya no estoy en el Doxer, sino en la seguridad que me ofrece mi pieza, un lugar que bien me refleja. Aquí decido terminar este relato, narración, lo que sea, recordando que no me manejo bien en grupos, que abandoné esos vínculos pasados que a veces me caracterizaban; que no siempre avanzamos por donde queremos, que a veces, el camino se mueve solo y sin que uno lo advierta, como una rueda que se mueve lentamente, con gente arriba de la carretilla, como un cigarro que se está consumiendo, como un pastizal que se empieza a quemar, como el tránsito de mi casa a la U y de mi casa al kwoon, como un calentamiento global, como cavilaciones varias, como éste escrito.
martes, 7 de agosto de 2007
Fantasías.
- Puedo dormir sin guatero.
- Me se los nombres de las calles.
- Puedo mantener el orden de mi pieza una semana completa.
- Puedo dormir en cuanto apoyo mi cabeza a la almohada.
- Soy un referente social.
- Siempre se que decir.
- Se tocar la guitarra, el piano y además canto muy bien (y en inglés).
- Represento totalmente mi edad.
- Puedo andar en bicicleta sin usar las manos.
- Tengo baterías eternas para mi MP3.
- Mi estómago va a dar con un agujero de gusano, por eso siempre tengo ganas de comer.
- Hay zentraedis entre nosotros.
- Ganaré un concurso de fotografía.
- Seré el ayudante de Grof (me puedo conformar con eso).
- Jung me visitará en sueños y me ayudará en mi viaje.
- Me aprenderé todos los arcanos menores en un día.
FIN.
sábado, 4 de agosto de 2007
Aguas turbulentas (Y en donde terminas).
12.
Hoy, sus silencios me perturban más que los gritos de antes.
Hoy, la puerta no puede cerrarse por más que la empuje.
Hoy. No soy yo en mí, hoy soy yo en relación a ustedes.
Hoy, justamente hoy.
No importa que sea mañana, o el sábado o dos años más, siempre será como hoy.
No importa que salga,
No importa que corra,
No importa que hable o que cierre los ojos, siempre será como hoy.
Siempre olerá como hoy.
Siempre se verá como hoy,
Siempre será como hoy.
domingo, 29 de julio de 2007
Mi cadaver exquisisto.
De repente, desperté. Y sí, no sabía cómo y por qué había despertado, si mi último recuerdo eran las mandíbulas de un lobo rabioso que se comía mis tripas y las regaba por el suelo para que los gusanos se alimentaran. De pronto caí en cuenta que era yo sin ser yo mismo. Era sólo mi consciencia y no sabía por qué ocurría esto. veía todo gris, pero me dí cuenta que era el gris del aire que se volvía blanco con la nieve que empezaba a caer en algún lugar de la tierra. No sentía el dolor que me aquejaba y tampoco sentía dolor por todas las mordidas que me propinó aquel animal. ¿Esto era estar muerto?. De pronto sentía que podía girar aunque no supiera como, y en efecto vi que era como estar mirando el cielo desde más arriba que de la copa de un árbol, y así ví, a lo lejos, muy al fondo, mi cadaver desecho, las manos rasgadas y con grupos de pelos que le logré arrebatar al lobo mientras me defendía; gran logro. Ví como mis ojos seguían abiertos, como mis piernas no tenían ese hueso redondo que me permite flectarlas y también ví como mi ropa se había esfumado, ¡Estaba desnudo!. No tenía estómago y mi cuello también había sido desgarrado casi por completo, sólo había un pequeño trozo de piel que seguía sujeta a mi cabeza, y de no ser por ello, mi cráneo rodaría hasta que tropezara con algún árbol o con alguna criatura deseosa de comer, después de todo era invierno y ya la comida empezaba a ser difícil de conseguir. Sentía miedo por como mi cuerpo estaba sobre un charco de sangre que estaba tornándose negra, pero no porque mi consciencia estuviera fuera de mi cuerpo, al fin y al cabo, los abuelos siempre nos daban la precaución sobre no tratar con gente extaña, porque lo del robo del alma era algo común y de todos los días; nunca pensé que me pudiera ocurrir a mí, pero también creía que todo esto era poco probable de que en realidad ocurriera porque sino ya el brujo me hubiera usado y me hubiera llevado a su reino. Esto debía ser un sueño, pero el dolor fué tan vídido que no podía ser una fantasía mía. ¿Qué hago?, sólo esperar.
De acuerdo, esto claramente no es un sueño, he estado aquí arriba y sigo viendo como mi cuerpo está ahí abajo y todavía nadie se levanta como para gritar y hacer que toda la tribu se espante.
De repente veo como un grupo de lobos se acercan; ¿Intentarán comer los restos?, si ya han hecho suficiente, tampoco veo cómo podré evitar que hagan lo que quieran; a lo mejor me quedo acá como mero observador hasta que nascan los hijos de los hijos de los hijos y la gente que conosco deje de existir. Ahora veo como me lamen estos perros rabiosos y tal vez les sirva para marcar territorio o algo parecido, o a lo mejor es algo sexual, a estas alturas ya da igual. De pronto, observo que algo traen, lo depositan en mis ojos, en en el cuello y en mi estómago que uno de ellos destrozó. Traen plantas, creo, a tal punto que casi cubren las zonas sin cuerpo. Ahora arrastran lo que alguna vez fué mi cuerpo y lo llevan a otro lugar que ya no puedo ver, porque no puedo moverme de donde estoy. Pronto amanecerá y ya casi estoy acostumbrado a mi situación actual. Veo los primeros rayos de luz, tenues, y de pronto, siento que algo o alguien me está cociendo la piel, sientiendola mía de nuevo, trato de girar hacia otro lugar, y con un máximo de esfuerzo lo logro, veo mi cuerpo muerto sobre un pequeño montón de tierra, ensangrentado y con el verde de los pastos que esos animales han puesto sin saber la razón; lo más extraño es que no hay nadie cuidando de mí, pero siento como si alguien zurciera aquellas zonas que están despegadas y que deberían remendarse. El dolor cada vez se siente más agudo y creo que es a medida que los rayos del sol van tocando mi cuerpo, lo están bañando. El dolor vuelve a ser como el que tenía cuando me dolía el pecho por primera vez, sólo que ahora puedo respirar bien y no hay lobos amenzantes frente a mí. De pronto siento que hay una fría ráfaga de aire que me obliga a ir hacia otro lado en mi consciencia. Siento como si todo esto fuera tan irreal, que parece que no soy yo quien está viviendo esto. Veo como mi cuerpo se aleja, y veo que todas las cosas se están alejando para que de un golpe me sumerja sobre una pequeña abertura que hay en un árbol gigantesco. Lo recorro rápidamente sin tener control de lo que hago, hasta que salgo por la raíz de éste y me vuelvo a sumerjir en un montículo de hormigas para ir penetrando la tierra y ver las raíces de las plantas y de los árboles que nos dan sus frutos cuando las mujeres recolectan. Recorro distancias inalcansables y me detengo en una cueva oscura, pero que tiene una pequeña luz que a la vez es cálida como el sol. Me adentro y observo todos los espíritus animales que saben de mi precencia; algunos son sólo rostros de los animales, mientras que otros son figuras de múltiples de ellos, con cabeza de serpiente, pero cuerpo de pez y patas de jabalí. Algunos no tienen pupilas y otros al parecer no son animales, sino que son espíritus de plantas y árboles que son enredaderas que pueden moverse según su voluntad. No sé que es lo que hago aquí y tampoco sé qué quieren ellos de mí, a lo mejor son brujos que se disfrazan de animales y quieren comerme mi alma porque así se hacen más fuertes. "No nos tengas miedo", dice alguno de ellos, atrás, entre los otros espíritus, y para mi sorpresa, es el mismo lobo que se avalanzó sobre mi y el causante de que esté hoy aquí con ellos. "mira la fuente", exclamó y mi visión fué a una pequeña fuente de agua que estaba al centro de todos esos espíritus, el agua estaba clara, pero era profunda y de alguna manera, sabia. Veía mi cuerpo reflejada en ella, y veía como las raíces que provenían de la tierra recobraban mi cuerpo a la vez que las tripas y algunos huesos eran literalmente tragados por la tierra que los eliminaba como si fueran ácido que tuviera en mi cuerpo. "Hemos completado tu iniciación", dijo el lobo, "Ahora el enfermo que antes eras se ha ido. Ahora eres caminante entre los mundos." veía mi cadaver reluciente con la luz del día, veía como la luz se tragaba la oscuridad que había atrás del bosque, y veía como las criaturas que habitaban en ella se escondían porque sabían que había emergido otro iniciado, sabían -no sé cómo- que algo había de diferente en esas tierras, y que ahora había alguien que iba a ser la voz de su pueblo, que curaría a su gente y que traería las almas que se perdían a sus lugares originales. Veía como algunos animales traían pequeños cristalez que ponían sobre mis piernas y como éstas se los tragaban, veía como la briza rozaba mi pelo y mis mejillas, veía mi cadaver exquisito.
De pronto, ví demasiado en la fuente y me mojé el rostro espiritual que poseía; sentí como volvía a mi cuerpo como una chispa eléctrica. traspazando las grietas de la tierra, los pozos naturales de agua, y salía por el prado con nieve hasta volver a mi cuerpo desmembrado y sanado a la vez, volví a habitarlo pero no conseguía abrir los ojos y sentía que todo esto era un sueño, porque sentía que gotas de agua caían por mi frente, lo que a su vez podía ser aquella fuente. En efecto, abrí los ojos y ví como estaba yo tirado en mi lecho con las pieles que se habían resfalado hacia un lado. Grande fué mi decepción al ver que todo mi cuerpo se encontraba en su más normal estado, y esbozé una sonrisa, porque ¿cómo yo?, que sólo era un niño según las reglas del clan, y no un hombre, ¿podía ser un chamán?. Me levanté y ví que todos estaban igual que como los había visto cuando supuestamente me desperté, así que a lo mejor realmente me levanté en la noche, y volví a dormir, soñando aquello. Salí de la tienda y no había nadie todavía en pie. Me puse a hacer fuego de mal humor, y en cuanto éste prendió, me senté y empecé a afilar mi lanza para intentar al menos cazar a algún conejo desprevenido que estuviera rondando por ahí. La punta estaba quebrada y pensando que no podía tener peor suerte, comencé a buscar otra punta para reemplazarla, hincado, enojado y sin poder encontrar algo de mi agrado, me dí por rendido, así que decidí darme vuelta y sentarme, sólo para hacer nada de forma más cómoda, pero al darme vuelta, ahí estaba él: el lobo. Mi miraba y yo esperaba a que, o saltara sobre mi para ahora sí matarme, o hablarme como si fuera una persona. Pero no hizo nada de eso, sino que sólo se estiró ante mis aturdidos ojos, abrió la boca, bostezando, mostrándome toda la corrida de dientes a su haber, hundió su hocico en la tierra, y luego lo sacó con fuerza para tirarme un poco de tierra fresca sobre mis pies. Acto seguido se fué hacia el bosque deteniéndose para mirarme.
Ví la tierra sobre mis desnudos pies, la recogí con la mano, y entonces supe que lo que había soñado no era un sueño, sino realidad.