jueves, 31 de julio de 2008

Contando.

Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Tengo que contar hasta la madrugada para exorcizar mis fantasmas. Siete, ocho, nueve, diez. Tengo que cepillarme mil veces las encías para que me quede dormido. Once, doce, trece. Tengo que repetirme que no hay nadie aquí salvo yo. Catorce. Tomo mis pastillas. Quince. Me quedo dormido. Despierto, y no han pasado cinco minutos. Quince otra vez y me dejo caer. Dieciséis y tomo el teclado. Diecisiete, Tengo que deletrear mis pecados contando dieciocho, y contando.