sábado, 29 de diciembre de 2007

Números.

Es típico de estas fechas hacer el balance anual de lo bueno, lo malo, lo que se logró y lo que se posterga para el que viene. Una lata. Es típico que en las noticias salgan avisos del tipo "si vas a beber pasa las llaves" y es también típico de estas fechas mostrar las noticias más relevantes; a todo esto se le suma que la navidad acaba de "acabar", si hiciéramos una analogía en términos sexuales. Ahí también es ya obvio que aparecen más comerciales para niños, con los transformers, los autos a control remoto y más blabla. Pero la obviedad en si es que debes regalarle algo a la gente, porque sí, porque es la fecha y si no lo haces eres un tacaño, un amargado que no tiene espíritu navideño y/o alguien solitario. Y qué. A la gente -la mayoría- sólo le importa comprar algo para no quedar mal con el amigo secreto de la oficina, que de paso, aprovechan de pelar -fui oídos para varios cahuínes y pseudocatarsis- con quien les ayuda a encontrarles algo que sea del gusto en la tienda X, que por cierto, ojalá no sobrepase las dos lucas; porque más es un ostentamiento -además de que la persona en cuestión no se lo merezca- y porque algo de menos plata es muy poco. Hace unos días atrás atendí a un viejo de mierda que buscaba algo económico, "como de cien pesos", y me vi tentado a venderle unas mentitas que traía en mi bolsillo. El colmo. Esto es sólo una fecha, y por lo demás, no debería significar nada, pero ver a toda la gentecilla ir y venir como si el mundo se terminara es algo que pone de mal humor a un puñado de gente que, más que tener las cosas claras, o de pecar de snobs, es gente que simplemente no pesca estas fechas, porque son sólo números.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Reveses.

¿Te conté que me encontré con la Martita?, sipo, tan dije como siempre, yo andaba hecha una gansa toda perdida con el carro de supermercado buscando las famosas pastas cuando de pronto me la encuentro, cara a cara po negra, ni te imaginas como andaba vestida, andaba maravillosa, toda una diva ella, con unas gafas a lo Pamela Díaz, ya sabes que le cubría toda la cara y con ese caminar tan característico de ella, sipo gaya, si lo hago pa que te rias, si camina toda doblada, tan shana que se veía oye, ¿te digo una cosa?, parecía media bataclana, con ese rouge medio morado y las gafas, cero sentido común para vestirse, pero yapo, deja que te cuente, estaba ahí, de frente, así que cero posibilidad de poderle hacerle el quite, así que me dije, "Anita María, tú tienes más clase y estilo que esta vulgarcilla, así que se mujer y ponte firme", ya sabes que me fascina conversarme a mi misma, así que esbocé una sonrisa muy a lo welcome y la besé en cada mejilla, tu cachai, algo cordial y sobrio, sin pretenciones de pelear implícitamente. Te juro que la conversación se me hizo eterna, sí gaya, yo asentía y movía el cuello y ya sentía que me faltaba aceite porque ya sabes como es esa, pegote hasta decir basta. Bueno, la cosa es que al fin se despidió y yo, ni tonta ni muerta, voltié la cabeza y le vi el trasero, ¡Está tan culona!, es que no te imaginas como ese vaivén de glúteos hacían ese regordete trasero una cosa tan voluptuosa, si hasta uno de esos niños reponedores le hechó un ojo, y yo, ya sabes, austera pero con clase, le lanzé una mirada de fuego a ese pendejo caliente por cuartearse con esa weona, que harto puta que se veía, pero bueno, ya sabes que no soy fisgona ni nada por el estilo, es sólo para figurarte como andaba esa loca que pedía a gritos que alguien depositara un poco de clase en su pequeño pellejo, no como yo, ya una vieja hecha y derecha, pero con clase y estilo, y de paso con mis cosas bien puestas, no porque haya pasado agua debajo del puente dejo de tener encanto, el otro día, estando con el gordo me dió una vergüenza que ni te imaginas, estaba su compadre buscando unas cervezas en el refrigerador, cuando yo volvía de mi clase de Yoga, que ya sabes que me deja tan liberada, tan espiritual, pero ya po Carla, que me llevas pa otra parte y al final no puedo contarte lo que te quiero decir. La cosa es que estaba ese compadre, ¿Cómo es que se llama?, Gonzalo, sipo, el Gonza -que a todo esto no es nada de feo- mientras yo acababa de llegar de Yoga, cuando sale con el par de cervezas y me saluda con un beso en la mejilla. ¡Te juro gaya que estuvo pegado a mi mejilla como diez segundos!, sí oye, y yo ahí, nerviosa y tiritosa a cagar, ya veía que el gordo llegaba y quedaba la escoba, pero no, después vi que estaba hechado -como siempre- viendo el partido, la cosa es que desde ese entonces, cuando lo veo, creo que le pasan cosas, veo como se moja los labios, y como clava su mirada en mi, nopo, weona, si no me paso rollos, si pa´qué te voy a mentir, ya sabes que soy una mujer hecha y derecha y no voy a andar con juegos a mi edad po, lesa. ¿Qué como anda la Alicia?, ay, linda, no me preguntas más por ella, por favor, que harto cansada que me tiene esa cabra loca, ¿Sabes lo último que supe de ella?, agarrate del asiento: Anorexia. Sí weona, soy la mujer con la peor suerte del mundo. Yo la llamo, le escribo -porque estoy más tecnológica po, si ya sé usar el notebook- y la ingrata no se digna a llamarme, sí ya se que es mayor y que puede hacer con su vida lo que ella quiere, pero ¿Cómo no va a dejar unos minutos para su madre que la parió?, digo yo, una que se esfuerza en darles lo mejor, y luego los hijos se van y te dejan sola como una gata callejera. Así no más es po, gaya, así que piénsalo bien antes de preñarte de Ricardo, porque lo hayo medio lacho, ay, perdón, es que tú sabes que yo soy honesta y que no te guardo las cosas, porque yo siempre con la verdad por delante. Yapo, como te decía, Está con tratamiento psicológico, está con nutricionista, el gordo le ayuda a pagar todo y parece que con él se lleva bien, pero conmigo nada, es como si me odiara, como si no significara nada para su vida, ¿Habré hecho algo mal?, pero ¿Sabes qué?, no voy a amargarme, porque ahí las arrugas aparecen y uno se pone tan arrugada como una hoja seca, y bien sabes que yo quiero aprovechar mis años mosos, porque andube criando guaguas toda la vida, y ahora quiero la vieja lola que no pude ser en la primera parte de mi vida, así que nada de sufrir por la vida. Ay que pesada weona, si te aburro avísame po, no me pongas esa cara de zorra despertando, que te queda tan mal. Ya oye, te dejo, ahora el gordo sale una hora antes y debo llegar a la casa a ordenar todo, ¡Una lata!, pero qué quieres que le haga si ya está a punto de jubilar, y no me imagino viviendo todo el día con él, será el infierno, yo creo que terminaré agarrando mis pilchas y me iré a una comunidad, ya sabes que soy tan natural, el pasto, los pajaritos, el campo, ah, que vida, pero bueno, soñar no cuesta nada. Ya yegua, te dejo, llámame mañana pa ver si nos juntamos en el cafecito que me encantó, ¡Es tan monono!, y hay un mozo que está que arde, ¿Cómo le dicen los lolos ahora?, Está "Hot", sí, así es, ese otro sigue con la onda Emo, con esas mechas y esos piercings que se pone, parece alfiletero, pero ya se le pasará, si es tan concentido, le va como la raja así que ayer me lo atrinqué y le prohibímos con el gordo más salidas, más juntas con esas pokemonas -que risa gansa, si las vieras- y nada de playstation, puro estudio no más. Carlita, no paro de despedirme, pero ya me voy, chao y no olvides llamar, chao.
Bueno, ¿Por qué parto?, ya se que acá puedo decir lo que se me venga a la mente, pero a veces sólo me gustaría que usted me dijera más lo que tengo que hacer o lo que puedo o no hacer, ya sabe que toda mi vida he hecho cosas que no tienen que ver conmigo. El otro día vi a una antigua amiga mía en el supermercado, la verdad es que no pude evitar sentir envidia de como conserva su cuerpo, tan natural, y yo por el contrario sigo tan embetunada de ungüentos que hacen que mi piel se vea estirada hasta el punto de parecer plástica. Estaba regia, esa era la verdad del asunto, y no pude sentirme tan vieja como un árbol a punto de quebrarse por lo seco que se encuentra. Tenía ganas de pedirle perdón por todos los errores que cometí, pero ya sabe que lo más verdadero es también lo más difícil de hacer, así que hablamos un par de trivialidades, y mientras yo le contaba que a mi hijo le va excelente, y que a mi hija la llamaron para trabajar -que entre nos, no es así- veía como sus ojos esperaban un poco de reivindicación de mi parte, sus pupilas se abrían esperando que de mi boca por fin saliera alguna pisca de verdad, sí, soy tan cuática a veces, pero es lo que pensé en ese momento. Así que, me sentí como una vieja mentirosa mientras deseaba que el joven que arreglaba las verduras miraba mis vestido en vez de los pantalones ajustados de la Marta siempre joven. ¿Le conté que tengo una hija Añoréxica?, tengo una idea vaga de lo que eso significa, tiene que ver con no comer mucho, algo así, y todo por un par de rollos menos. Ah, era Anoréxica, ahí sí, usted tanto que sabe, me supera. Como le decía, no me llama, no me escribe, y eso que he hecho esfuerzos sobrehumanos para poder entender eso que llama "jotmail", una que es tan gansa se va quedando en el pasado, y como que cuesta empezar desde cero. Yo en mis años mosos era una de las top, de esas que siempre tenía a alguien para que me adulara, pero ahora con todo el cambio que hay en este mundo, una como que se pierde. ¿Le conté que mi hijo ahora se jura Emo o algo así?, sólo espero que no me salga con otra sorpresita, porque los vecinos, la vieja zorricueta esa y Don Armando, un caballero, muy dije él, ya miran mi casa como si fuera una especie de antro para personas extrañas. Y la verdad de las cosas es que si yo fuera la vecina en vez de yo misma, miraría peor. Todavía no le cuento a mi gente que vengo acá en vez de ir a Yoga, es que no me atrevo, ¿Y si dicen que soy una loca?, ¿Y si me hechan la culpa de que mi hija sea lo que es por mi causa, y la de nadie más?. Me siento como la peor madre del mundo y creo que ocultar esto agrava más mi pesar. Ahora el compadre del gordo se me tiró al dulce, y yo no me controlo. Las cosas que le digo a usted, si quisiera despretigiarme, podría hasta extorcionarme y yo no podría hacer mucho, pero que bah, si por eso le pago ene plata, -todo esto con mucho respeto, claro está-. Bueno, la cosa es que el otro día me besó la mejilla y yo que hace décadas que no siento el cuerpo de otro hombre que no sea el del Roro, sentí que mi sangre se me iba a la cabeza y a otras partes del cuerpo, si usted me entiende la expresión. Pero fue como volver a los diescisiete, sentirme viva por fuera, pero también por dentro; sentir que provoco algo en el ambiente y que no soy yo la que tengo que batallar para que la vida se digne a ser amable conmigo, que soy tan buena persona, y a la vez clásica y distinguida. Pero no quiero ser infiel, o eso creo. O sea, estoy segura de que el Roro más de alguna vez me habrá cagado con alguna puta, pero así son los hombres y si una no quiere ver la realidad, pues allá tú. La cosa es que creo que tuve un sueño húmedo, que plancha que se lo cuente, pero, ay, que atroz mijo, usted un joven profesional y yo contándole rollos de una vieja que aparece en las páginas sociales de "Caras", pero bueno, esa es mi vida, porque contar mi historia siempre implica callar mi verdad. ¿Ya se acabó el tiempo?, una lata.