Estoy escribiendo en un ciber a esto de las una y media. El lugar está abarrotado de estudiantes de media con olor a sobaco y de cabritos chicos que juegan playstation. Se me quedaron las llaves de la casa dentro de la casa. Al llegar al pc, estaban esas típicas ventanas porno abiertas de los cibers en que chiquillos de la media suelen meterse. En fin, tengo hambre e imagino un agujero en la guata, así como grande. Ando paseándome con el WISC y ya veo que uno de estos niños que por intentar hacerse el interesante trata de robarmelo, pero supongo que le iría mal, supongo.
Odio que siempre se me olviden las cosas, que se me olvide sacarle fotocopia a la hoja de respuesta del manual, el cual había fotocopiado en la U, odio que se me olvide preguntar algo que era importante, que se me pasen los detalles y que se me queden las llaves en la mesa, olvidadas. Odio que la gente sea tan pero tan impertinente y que no entienda -o no quiera entender- lo que uno le dice.
Mi desayuno consistió en un par de panes con mantequilla junto con jamón de algo (¿De pavo?). Pero al final todo lo bueno del desayuno y del único momento de distensión que poseía durante la mañana se fue al tacho de la basura porque me apuraron para salir y por eso olvidé hechar las famosas llaves, y los lentes además, por lo que me dolió un poco la cabeza y tengo esa típica pesadez mía que me obliga a tomarme el rostro con las dos manos, porque se me cae. Y dios sabe que una de las cosas que me descomponen es que justamente me apuren en MI momento de desayuno.
Me carga ser tan neurótico y tener mala memoria, porque gracias a eso no puedo aprenderme los criterios de suspensión del famoso test y tampoco se -porque se me olvida- desde cual ítem empezar dependiendo de la edad del evaluado. Esto de que se me olviden las cosas hace que por lo general mi humor decaiga hasta el inframundo y quiera correr frente a un vidrio y lanzarme sobre este para reventar en miles de pedazes sangrientos.
El otro día pensaba(mos) que ya estamos entrando en esa típica recta vital de todo estudiante de alguna carrera medianamente seria en que parte de la vida se te consume porque tienes que viajar hacia los colegios (que sólo por casualidad, queden en el extremo opuesto de la ciudad), o porque debes redactar el informe conciso con las palabras precisas y porque es una obligación imperiosa el tener que ir presentable, lo que se entiende algo ligeramente formal (casi con camisa y zapatos) , dejando de lado el libre albedrío de cada uno. Y lata, porque ahora uno se despierta con sueño y se acuesta cansado, la líbido no alcanza ni para sublimar en ponerse de pie o para poder terminar de leer el libro que tienes en el velador hace como un mes, a estas alturas ya lleno de polvo por la falta de cuidados domésticos, propio de estudiantes medios estresados que deben y quieren rendir porque estudiar en una universidad implica plata. Entonces, entre el bullicio de la micro que va a parar al miraflores, entre las respuestas de una niñita que sonríe mientras dibuja a una familia imaginada -y proyectada-, entre la clase de algún profe pink y sus trabajos grupales cero aporte -o nice pick, como prefieras-, te das cuenta de que tú vida y las cosas que a ti te importan se pierden entre lo que tú crees que te gusta. Y lata.
Odio que siempre se me olviden las cosas, que se me olvide sacarle fotocopia a la hoja de respuesta del manual, el cual había fotocopiado en la U, odio que se me olvide preguntar algo que era importante, que se me pasen los detalles y que se me queden las llaves en la mesa, olvidadas. Odio que la gente sea tan pero tan impertinente y que no entienda -o no quiera entender- lo que uno le dice.
Mi desayuno consistió en un par de panes con mantequilla junto con jamón de algo (¿De pavo?). Pero al final todo lo bueno del desayuno y del único momento de distensión que poseía durante la mañana se fue al tacho de la basura porque me apuraron para salir y por eso olvidé hechar las famosas llaves, y los lentes además, por lo que me dolió un poco la cabeza y tengo esa típica pesadez mía que me obliga a tomarme el rostro con las dos manos, porque se me cae. Y dios sabe que una de las cosas que me descomponen es que justamente me apuren en MI momento de desayuno.
Me carga ser tan neurótico y tener mala memoria, porque gracias a eso no puedo aprenderme los criterios de suspensión del famoso test y tampoco se -porque se me olvida- desde cual ítem empezar dependiendo de la edad del evaluado. Esto de que se me olviden las cosas hace que por lo general mi humor decaiga hasta el inframundo y quiera correr frente a un vidrio y lanzarme sobre este para reventar en miles de pedazes sangrientos.
El otro día pensaba(mos) que ya estamos entrando en esa típica recta vital de todo estudiante de alguna carrera medianamente seria en que parte de la vida se te consume porque tienes que viajar hacia los colegios (que sólo por casualidad, queden en el extremo opuesto de la ciudad), o porque debes redactar el informe conciso con las palabras precisas y porque es una obligación imperiosa el tener que ir presentable, lo que se entiende algo ligeramente formal (casi con camisa y zapatos) , dejando de lado el libre albedrío de cada uno. Y lata, porque ahora uno se despierta con sueño y se acuesta cansado, la líbido no alcanza ni para sublimar en ponerse de pie o para poder terminar de leer el libro que tienes en el velador hace como un mes, a estas alturas ya lleno de polvo por la falta de cuidados domésticos, propio de estudiantes medios estresados que deben y quieren rendir porque estudiar en una universidad implica plata. Entonces, entre el bullicio de la micro que va a parar al miraflores, entre las respuestas de una niñita que sonríe mientras dibuja a una familia imaginada -y proyectada-, entre la clase de algún profe pink y sus trabajos grupales cero aporte -o nice pick, como prefieras-, te das cuenta de que tú vida y las cosas que a ti te importan se pierden entre lo que tú crees que te gusta. Y lata.
1 comentario:
Viste que te salió bien lo del WISC, no te hiperventilaste y yo no tuve que intervenir.
Más confianza en ti mismo hombre! que yo confío ciegamente en tus habilidades.
Autocuidémonos?
=)
La otra chata del miraflowers.
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