viernes, 29 de febrero de 2008

Gusanos (Agujeros de).

Me niego a pensar que la vida es sólo una cadena de acontecimientos sin sentido, sin dirección, que la muerte es sin más el fin de todo, que lo que irremediablemente se marchita volverá a tener vida de otra forma, que quienes no alcanzaron a vivir felizmente ésta vida, podrán vivir otra, que las casualidades no existen pero sí las causalidades. Me niego a la hipocresía de la vida, de la inmediatez de las cosas baratas; quiero creer que más allá hay algo que nos espera, aunque no sepa muy bien qué pueda ser. No quiero pensar que ésta es nuestra única forma, nuestra única existencia que poco a poco se aleja de la vida misma, que cada segundo que pasamos lo perdemos sin retorno, ¿Puede alguien explicarme de qué trata todo esto?, supongo que sí, pero igualmente serían inventos, conjeturas, verdades parciales y sesgadamente veraces para quienes las crearon. Quiero creer en el poder del propio esfuerzo, en que la verdad que siempre se esconde salga a relucir de alguna forma, que la injusticia pueda finalmente expiarse -porque no puede borrarse, y sólo puede sanarse parcialmente-, que las culpas, ajenas y propias, puedan experimentarse, y finalmente, ser capaz de dejarlas ir porque se hizo lo necesario según las circunstancias. Ser capaz de decir “sí, (aún) te pienso”, porque me inundas la vida misma.


22 de febrero del 2008

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